A veces tenemos la mala costumbre de narrar nuestras experiencias a medida que las llevamos a cabo, siendo espectadores de nuestras vidas. En realidad todos fracasamos en el intento de experimentar la vida al máximo, las mentes están demasiado ocupadas en el mundo de las ideas.
A veces está bien utilizar el piloto automático en los desplazamientos diarios, pero si lo usamos con demasiada frecuencia, nos perdemos gran parte de la vida, comemos sin saborear, miramos algo hermoso sin verlo realmente o conversamos con un ser querido sin estar presente en absoluto.
Cuando la mente está sobrecargada, pasamos por alto el mundo exterior y el potencial de nuestra vida interior. En un estudio publicado en junio 2016 en la revista Psychological Science, Shira Baror y Moshe Barr demostraron que la capacidad para el pensamiento creativo se ve obstaculizado por la divagación, las reflexiones obsesivas y otras formas de «carga mental.» Muchos psicólogos suponen que la mente naturalmente se inclina a seguir un camino trillado de asociaciones familiares. Sin embargo, sus hallazgos sugieren que el pensamiento innovador es el modo cognitivo por defecto cuando la mente está clara.
Encontraron que los participantes con mayor carga mental eran menos creativos y necesitaban más tiempo para dar una respuesta. En cambio, los participantes con menor carga mental daban respuestas menos típicas y generaban respuestas más interesantes. Esto sugiere que la tendencia natural de la mente favorece la innovación.
Existe una tensión en nuestro cerebro entre la exploración y explotación. Cuando estamos explorando miramos las cosas con amplitud, curiosidad y deseo de aprender. En cambio, cuando estamos explotando lo que ya sabemos, confiamos en la comodidad de un entorno predecible. Tendemos a ser más exploradores cuando viajamos a un país nuevo, mientras que nos inclinamos hacia la explotación al volver a casa después de un duro día de trabajo.
El modo exploratorio disminuye cuando la mente está demasiado ocupada, “cargada” por ejemplo con la rumiación, consumiendo nuestra capacidad mental y de experimentar placer.
La práctica de meditación de tipo Mindfulness o Vipassana (que es similar) ayuda a liberar la mente para tener una experiencia más completa del presente, aumentando la experiencia del mundo y nuestra calidad de vida. Con esta práctica, que es el nucleo del programa MBSR de reducción de estrés, podemos disfrutar plenamente de lo sencillo y al volver al acto de pensar, sorprendernos de la claridad y frescura que aporta a la mente.
Por eso pensar menos nos ayuda a pensar mejor, una buena práctica para ser más creativos e innovadores durante este verano
Tomado de New York Times, Sunday Review. Gray Matter by Moshe Bar, 17 de Junio de 2016. Editado por Amaia Helguera y Andrés Martín, instructores de MBSR del Instituto esMindfulness, Barcelona
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