Cómo cultivar una mente excelente en un retiro en silencio

Observa con atención las imágenes siguientes. Son las mismas personas en dos momentos diferentes. Si la cara es el espejo del alma (o de la mente más bien) ¿Qué diferencias percibes en su expresión facial entre la imagen de la izquierda y la de la derecha? ¿Crees que el estado mental de estas personas es distinto en uno y otro momento? ¿Qué te transmiten sus caras sobre el estado de la mente?

En 2011, el artista Peter Seidler realizó una serie de fotos de participantes a un retiro de 1 mes, antes y después de haberlo realizado. La idea era realizar una exploración visual de los cambios que pueden darse en la mente con una práctica contemplativa intensa y extendida en el tiempo. Has podido visualizarlos tu mismo, una imagen vale mas que mil palabras.

Muchas personas que se han iniciado en Mindfulness con un programa MBSR de 8 semanas nos preguntan ¿Cómo se puede profundizar y anclar la práctica de la meditación en la vida. ¿Cómo se puede cultivar esa mente excelente que tienen las grandes personas y que se vislumbra en algunos momentos, como en el día de práctica intensiva que se realiza durante el programa MBSR? Una de las mejores maneras de hacerlo es participando en un retiro en silencio de varios días, desde 2 o 3 días para los que quieren empezar poco a poco o tienen obligaciones familiares que les impiden comprometerse mas tiempo hasta experiencias mas largas, de 7 o 10 días.

Desde 2010, el Instituto esMindfulness viene organizando retiros en silencio para los graduados de MBSR que quieren profundizar en la práctica, Para este año 2016 hemos preparado varias posibilidades – de 3,5 y 7 días de duración. Puedes consultar las fechas en nuestra página web.

Participar en un retiro es la mejor manera de entrenar una mente excelente, que se manifiesta en cuatro cualidades transformadoras: Amor, Compasión, Ecuanimidad y Alegría. Estas cualidades son fundamentales para la Resiliencia, que es la capacidad de recuperarse de la adversidad y se está convirtiendo en una habilidad imprescindible para el bienestar de las personas en el siglo XXI.

Una retiro en silencio es una oportunidad única para hacer una pausa creativa en este mundo hiperconectado y veloz, familiarizándonos con nuestro estado interior y aceptándolo Aquí dejamos algunos ejemplos de prácticas que nos cambian la cara (y la mente) durante un retiro:

1. Parar, dedicarse tiempo y atención a uno mismo: en el frenético ritmo que vida que todos llevamos, a menudo no conseguimos dedicarnos tiempo a nosotros mismos y tenemos pocos espacios de regeneración en los que poder recuperarnos y conectar con aquello que es importante, con lo que de verdad es esencial en el momento vital en el que nos encontramos. Un retiro es una oportunidad de salir de la corriente de actividad diaria y realizar una pausa mas o menos larga.
2. Cuidar el cuerpo: En los retiros la comida suele ser sencilla y vegetariana, sin alcohol, ni café. Además se recomienda comer poco, con plena conciencia y escuchando al cuerpo de manera a parar cuando se está saciado. Suele también haber momentos para la práctica de ejercicios conscientes, de tipo yoga o chikung que permitan canalizar las tensiones corporales que van surgiendo como consecuencia de las horas de práctica de meditación sentada. Por último, la disciplina en los horarios y la posibilidad de dormir de manera regular favorecen la recuperación de un ritmo vital natural y equilibrado.
3. Mejorar el auto-conocimiento – la práctica intensiva pone en evidencia sin máscaras ni trampas algunos de nuestros comportamientos más destructivos y el efecto que tienen en nuestra vida. Es un momento de introspección profunda en el que podemos revisar y revisitar todo aquello que va surgiendo en la conciencia, pudiendo perdonar o perdonarnos y cerrar cuentas pendientes.
4. Ganar claridad: Asociado al punto anterior, la contemplación sin juicios de todos los fenómenos que van surgiendo en la conciencia momento tras momento permite la toma de perspectiva y una visión más clara y penetrante de las cosas, sin los sesgos cognitivos o emocionales que enturbian las percepciones que solemos tener en la vida cotidiana.
5. Desarrollar paciencia: Es una cualidad que cultivamos mediante la aceptación amable de todo aquello que ocurre, las propias incoherencias, la presencia de los otros, las incomodidades pequeñas o grandes que pueden producirse en un contexto deliberadamente frugal y menos “cómodo” que al que estamos habituados, también mediante la renuncia a una serie de aspectos materiales que normalmente están presentes, regresando a una forma de vidas mas sencilla.
6. Tener experiencias de meditación profundas: Para un practicante de meditación hay un atractivo añadido que es la posibilidad de bucear en las profundidades de la mente, llegando a estados alterados de conciencia que son imposibles de lograr en la vida normal aunque uno tenga una práctica muy establecida y cotidiana.
7. Hacerse amigo de su sufrimiento: En las largas horas de práctica que se realizan cada día en un retiro es inevitable que en algún momento surjan sensaciones de incomodidad o dolor. El aceptar y abrazar esta experiencia física de dolor, orientando deliberadamente la atención hacia ella una y otra vez en vez de intentar negarla o evitarla, que es la tendencia espontánea que solemos tener las personas, constituye un excelente entrenamiento para hacernos amigos del sufrimiento, sea físico, emocional o psicológico.