Para que un futuro mejor sea posible debemos orientar nuestra atención hacia aquello que esta pasando, conectando con la realidad incluso si esta no es agradable. Esta intención de vivir la vida en plenitud, tal y como se desarrolla ante cada uno, permite una mejor conexión con la realidad, facilitando procesos de regulación o auto-regulación que mejoran la salud y en las relaciones personales. Así cultivamos esa capacidad de adaptación tan natural para el ser humano, liberando nuevos recursos internos con los que afrontar los desafíos de la vida y del trabajo. Esta actitud, de presencia y apertura hacia la vida, nos permite recupera el equilibrio, físico y mental, que es la fuente de la salud y de la eficacia personal.
